
Flavia ama la naturaleza y los animales y es por este motivo que ama tanto vivir en una grande casa en el campo con Chiquita, la perra y Canela, la gata.
Ellas dos son sus grandes amigas que la acompanan siempre en grandes y pequenas aventuras.
Un dìa de abril Flavia estaba en el jardìn de su casa recogiendo flores para llevar a la mamà cuando sintiò que algo se movìa cerca al tronco de un grande roble.
Debajo del follaje habìan dos pequenos puercospines bebès, asustados y hambrientos que la miraban sorprendidos. Pensò que debìa decìrselo inmediatamente a su mamà porque nunca habìa visto estos animalitos y no sabìa como ayudarlos.
Su mamà le explicò que los puercospines son animales nocturnos, es decir que salen en las noches y duermen en el dìa y que no aman ser tocados por los humanos. Tal vez la mamà de estos dos hermanitos se habìa perdido y ellos estaban solos y con hambre y en este caso era necesario ayudarlos solo un poquito, solo lo suficiente para que crecieran y se volvieran fuertes y autosuficientes para dejarlos nuevamente libres en el bosque.
Como primera cosa fueron al almacèn de animales y compraron leche en polvo para gaticos. Luego, armaron un pequeno refugio en el hibernadero de la casa que quedaba en el primer piso y podìan dejar la puerta abierta de manera que los puercospines, Richie y Brando pudieran salir libremente. Al principio, la puerta estaba siempre cerrada porque los bebès eran demasiado chiquitos y necesitaban comer mucho y no salir por un par de semanas. Era peligroso que salieran, ellos todavìa no habian aprendido a defenserse de los demàs animales y no sabìan como conseguir comida.
Al principio, Richie y Brando se enroscaban en si mismos cuando veìan que llegaba Flavia a darles de comer pero poco a poco se dieron cuenta que de parte de esta familia recibìan solo comida y afecto y aprendieron a confiar en todos ellos, incluìdas Canela y Chiquita...
...sigue en el pròximo post
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